La comprensión surge de la compasión
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La comprensión surge de la compasión
Los grandes maestros nos enseñaron la compasión y a ponernos “en el lugar del otro”. Si yo puedo aportar algo para mejorar la calidad de vida porqué no lo haría. Solo se puede experimentar compasión en la medida que no hay ego, es decir, en la medida en que no quiero cosas solo para mí, cosas que no sean servir y compartir con mis hermanos.
Foto, Fuente: Pixabay

Los demás nos necesitan, tienen carencias porque dependen de lo que hagamos. La idea es compartir con los demás pero sin crearle dependencia al otro.  Para eso tengo que tener en claro que no soy indispensable. Lo que puedo hacer por el otro no es más que un privilegio. Nunca debo considerarlo como una carga. Es la forma de volverme un ayudante de Dios.

Dios conoce el papel de todos nosotros las almas, Él sabe cómo caímos en el pecado y también sabe cómo enderezar este mundo, por eso se lo llama el Todo Conocedor. Quienes lo reconocemos y lo adoptamos como Padre, Profesor y Satgurú recibimos la herencia de paz y felicidad en el nuevo mundo.

El restablece la tierra de la verdad. Él es la Verdad, al que habla la verdad se lo considera Dios, pero Dios es un alma, igual que nosotros la diferencia está en su tarea, que es completamente distinta de la nuestra. Nosotros somos los hijos y Él es el Padre. También el papel de los fundadores religiosos de las principales religiones Buda, Mahoma, Cristo, Abraham y Shankarachaia es distinto del papel de Dios.

Ellos fundan una religión, pero también son hijos de Dios, son hermanos igual que nosotros. Incluso no existe tal cosa como la religión Hindú, el mismo vocablo hace referencia a un grupo de habitantes que se asentaban en el valle del Indo. Lo que se conoce como la religión original y eterna de las deidades es la que está estableciendo en estos tiempos.

Las mismas almas que se convierten en las deidades en la edad de oro, más tarde, en la edad de cobre se adoran a sí mismas en los templos que todavía podemos ver hoy en día en la India, templos que tienen más de 2.000 años.

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