Desapegarme de los pensamientos inútiles lleva tiempo y no tengo que castigarme o sentirme mal sino lo logro desde un primer momento, vivimos en un mundo que nos da la ilusión de que somos un cuerpo y que estamos circunscriptos solo a los límites de lo físico y que podemos ver.

Lleva algún tiempo volverme introvertido y conectar con la conciencia del alma. Sobre todo porque lo espiritual es una energía invisible que se puede palpar más a través de la intuición, la cual se puede desarrollar a su máxima expresión a través de la meditación.
Aunque hay que tener paciencia para aprender a meditar, es como empezar a caminar, cuando aprendimos a andar, los primeros pasos fueron los más significativos porque sentaron las bases para el futuro pero fue con la práctica tenaz que nuestro andar se consolidó. Hoy, caminar se vuelve algo completamente natural y lo hacemos automáticamente. Lo mismo pasa con la meditación.
Solo hay que repetirse: soy paz, soy un alma, soy un ser espiritual, no soy este cuerpo, este cuerpo es mi vehículo y yo soy el conductor. Además hay que hacer la práctica de: estos pensamientos inútiles de preocupaciones (por ejemplo del trabajo) no me pertenecen. Esta relación con fulanito de tal se la entrego a Dios, son mi ofrenda a Él y Él se hará cargo de la relación con esta persona.
Él no nos puede ver sufrir, pero no puede hacer nada si seguimos actuando con los viejos patrones aprendidos que nos llevan a reaccionar sin demasiado autocontrol. Pero lo bello es que cuando aprendemos a tomar poder de Dios a través de la meditación, nos volvemos poderosos para cambiar estos patrones de comportamiento que nos hacen infelices y crean inestabilidad.
Un comentario en «El desapego de lo mundano y superficial se hace natural»