Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha buscado respuestas sobre su existencia, su propósito y su verdadera identidad. ¿Quiénes somos en realidad? ¿Cuál es nuestro valor más allá de la materia?
La respuesta yace en el alma: somos seres incorpóreos, puntos de luz en el centro de la frente. Nuestra naturaleza original es paz, amor y pureza, libres de limitaciones físicas o pensamientos erróneos. Somos ilimitados.
Sin embargo, al entrar en el ciclo de nacimiento y renacimiento, gradualmente olvidamos nuestra identidad espiritual. La conciencia de cuerpo nos envuelve, y comenzamos a medir nuestro valor en función de lo externo. Buscamos la felicidad en la materia, en las relaciones, en el reconocimiento, cuando en realidad, todo ya reside dentro de nosotros.
Dharna: La Puerta a Nuestra Transformación
En este momento, Dios, Shiva (El Benefactor), ha venido a recordarnos nuestra verdadera naturaleza. Nos ha entregado el conocimiento del Raja Yoga para que podamos liberarnos de la influencia de Maya (la conciencia de cuerpo) y recuperar la soberanía sobre nuestro ser.
El Dharna es el proceso de inculcar las virtudes divinas dentro de nosotros. No se trata solo de entender el conocimiento, sino de vivirlo, convertirlo en acciones, palabras y pensamientos puros, sin desperdicio de energía. Es la disciplina que nos mantiene conectados con nuestro propósito espiritual.
Cuando cultivamos las virtudes, nuestra motivación para meditar crece, nuestra claridad aumenta y nos mantenemos enfocados en el camino del ascenso espiritual. Cada esfuerzo por vivir en pureza nos acerca a nuestro estado original, como almas autosoberanas.
El Regreso a Nuestra Morada
Nuestro valor es ilimitado, porque no proviene de lo físico, sino de nuestra energía espiritual. A pesar de los múltiples nacimientos, en lo profundo de nuestro ser sigue existiendo el núcleo de virtudes divinas que nos pertenecen eternamente. Aunque las olvidemos, siempre buscamos recuperarlas—en religiones, filosofías y caminos espirituales—hasta que Dios, Shiva, viene a satisfacer nuestros anhelos de paz y felicidad a través del conocimiento.
El Dharna es el método para volver a recordar nuestra identidad divina. Es la inculcación de poderes, virtudes y conocimiento que nos devuelve a nuestro estado original, guiándonos hacia el Paraíso.
Cuando alineamos nuestros pensamientos, palabras y acciones con la pureza del alma, no hay límites para nuestro crecimiento. Regresamos a la esencia que siempre estuvo dentro de nosotros. Nos reencontramos con el Padre y comenzamos un nuevo ciclo en un mundo de paz y armonía, donde no habrá violencia de ningún tipo.
Este es el verdadero renacer, el despertar de la luz eterna del alma. ¿Estamos listos para cruzar hacia la verdadera libertad?