Foto, fuente: Brahma Kumaris Valencia

El amor es un sentimiento que acerca los corazones, creando lazos invisibles de bendiciones entre aquellos seres que habitan nuestro corazón y se instalaron cómo nuestros huéspedes haciendo nuestros momentos más significativos y dándole sentido a nuestro día a día.

Pero para que nuestros seres queridos habiten nuestro corazón debemos recibirlos con respeto. Esperarlos a las puertas de nuestras emociones para que se sientan seguros y dispuestos a entrar a compartir el banquete de la vida.

Debemos ponernos las mejores ropas de las virtudes del alma y adornarnos con las joyas de la pureza de nuestras intenciones. Porque recuerda, no es poca cosa que tus seres queridos deseen usar su tiempo en compartir contigo de corazón.

Si no lo logras de unas a primeras no te frustres, ten paciencia y persevera. Muchas veces conectar con el corazón de otro lleva tiempo. Primero conectas con sus pensamientos, luego con sus emociones y finalmente un sentimiento de paz y armonía se crea dentro y alrededor de ustedes.

Pero también debemos revestirnos con la ropa de la humildad. Porque las personas deciden o no permanecer junto a ti. No podemos obligarlos. Es un conjunto de factores que generan que alguien se incline por nosotros dentro de los que está una gran vocación de servicio. Un deseo de que las almas junto a nosotros sean felices, pero no pretendemos recibir una determinada acción de parte de la otra persona en base a las acciones que nosotros realizamos.

En principio necesitamos una verdadera compasión por nosotros, porque no podemos dar lo que no poseemos en el interior. Es solo dar. En el dar está implícito el recibir y entonces aquellos seres que amamos comienzan una danza de sus corazones con el nuestro.