La paz nunca estuvo tan al alcance de nuestra mano y tan lejos en lo profundo del corazón. En realidad no es que se fue más profundo. Lo que paso es que hemos tapado nuestros verdaderos sentimientos esenciales con capas artificiales de este mundo. Y de etapas pasadas también artificiales.

Dios es el Océano de la Paz y nosotros los hijos somos ríos de paz. En esta Edad de la Confluencia nosotros los ríos nos fundimos con el Oceano Ilimitado de la Paz. El Es Ilimitado porque su Paz nunca se acaba.
Nuestro cuerpo, lejos de ser un instrumento del mal es el Templo del espíritu. Gracias al cuerpo y más específicamente del cerebro podemos tener una relación y conexión ilimitada con Este Ser. Esta relación con el Supremo se conoce como El Supremo de entre todos los Yogas. El Raja yoga y el cerebro es el vehículo de nuestros pensamientos que alcanzan la Tierra de la Paz donde habita este ser.
Gracias a la concentración previamente educada por el conocimiento que también nos da Este Ser Supremo nuestros pensamientos pueden trascender las barreras de este mundo físoco y viajar. Viajar y alcanzar el campo vibracional de Este Nuestro Padre Espiritual. En el Mundo Incorporal, más allá del sonido. En completa paz y silencio.
Dentro de lo que enseña El Padre, que también es Nuestro Profesor Supremo, está el conocimiento de que somos almas y tenemos un cuerpo. Así reestablecemos una relación natural con el cuerpo y con las demás almas. También nos permite Reconectar con Él ya que És también Un Alma, El Alma Suprema.
Te dejo una meditación acerca de la meditación (¡¡que original que estoy!!) que nos ayuda a reconcetarnos con nosotros como almas de paz y con Dios, La Fuente de la Paz.
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