A veces me sorprendo sintiéndome inferior y superior a los demás. Y ambos estados se suceden indistintamente una y otra vez. Pero en definitiva hay que comprender que todas las almas tienen las mismas cualidades que Dios. Y eso implica que todas las almas tienen la misma calidad de pureza, paz, amor, poder y verdad que Dios. Y eso es porque Él es nuestro Padre.

No hay ninguna diferencia entre las cualidades de Dios y nosotros. Somos igual de elevados que Él. Sólo que nosotros hemos olvidado nuestras cualidades y como producto del olvido los vicios del ego, apego, avaricia, lujuria e ira se han apoderado de nuestra mente e intelecto. Pero la tarea de Dios es ayudarnos a recuperar nuestra dignidad.
Esto me ayuda porque en el trajín de las cosas, a veces me olvido de que mis hermanos las almas tienen una forma espiritual. Una buena forma de recordar la cualidad incorporal de nuestro estado original es recordando estas 5 cualidades. Eso me ayuda a elevar mi visión. También me ayuda a confiar en los otros y en mí mismo porque Dios me enseñó que somos almas, igual que Él y también me enseñó que todos y recalco acá: TODOS sin excepción tenemos estas 5 cualidades, que a su vez se combinan para dar expresión a todas las virtudes adorables que vemos en los demás y porque no de forma desapegada en nosotros mismos.
Ya podrá ver el lector que esto me ayuda en los momentos del día tediosos donde la motivación decae. También me sirve para mantenerme alerta. Para no dejar que la moral baje y entonces me sorprenda hablándome a mí en forma de crítica y diga: este es así... este es asa... este es un tonto... como hace eso... mira lo que tiene este... este está cansado... este está cometiendo tal error... Cuando me pasa eso, inmediatamente recuerdo que fulanito o menganito o quien sea que esté adelante mío es un hijo de Dios, Él Padre Supremo de todas las almas y entonces solo tomo conciencia de que tiene la misma paz, amor, poder, pureza y verdad que Él Padre. Esa es la herencia espiritual nuestra y pertenece a cada uno de los hijos por igual.
Lo mismo pasa conmigo. Cuando me sienta incomodo, o confundido en una situación, cuando tenga pensamientos negativos o inútiles sobre algo o alguien pensar inmediatamente soy un hijo de Dios y soy paz, amor, poder, verdad y pureza. Entonces cómo voy a desconfiar de mí mismo y de otros. Lo quiera aceptar o no es así. Lo que pasa es que lleva un poquito de tiempo vivirlo. Para eso es la meditación, para ayudarnos a acelerar el proceso. Te dejo un link a una meditación acerca del alma, sus cualidades y El Padre del alma. Dura 20 minutos, pero puedes practicarla en partes durante el día.