Necesitamos alguien en quien confiar, que nos devuelva la confianza en nuestro propio ser. Que nos explique bien que forma parte del ser y que no. Que es lo adquirido y como liberarnos de esto como si fuera una cebolla que va dejando capa tras capa. El único que puede llevarnos de vuelta a un estado de salud y equilibrio emocional y espiritual es La Fuente, El Alma Suprema. Pero ¿Quién es este Ser único? Y ¿Cuándo lo encontraremos? ¿Dónde habita este ser? ¿Cómo hago para encontrarme con Él? En este artículo contestamos a estas preguntas 1 a 1.

¿Quién es este ser?
El es nuestro Padre Espiritual, el Padre del alma, quien viene a recordarnos que nosotros somos almas iguales que Él. Puntos de luz incorporales dotados de mente, intelecto y un conjunto de impresiones que originalmente son puras, portadoras de las cualidades más elevadas, tales como la paz, el amor, la pureza, la felicidad, el poder, etc. La diferencia es que nosotros olvidamos quienes somos y caemos desde este elevado estado y como resultado el planeta se va degradando en igual medida.
¿Cuándo lo encontramos?
A medida que vamos viviendo, vamos experimentando en la vida diferentes soportes limitados, que nos hacen sentir bien. Pero siempre en el fondo del corazón sabemos que Dios es el único que puede liberarnos del pesar y el sufrimiento. A su vez somos viajeros y viajamos con nuestros hermanos las almas, y todos más o menos experimentamos el mismo viaje desde el estado de novedad y pureza hacia el estado de almas “viejas” con cuentas por sanar. El Padre viene ahí a ayudarnos a volver de vuelta al hogar, donde experimentaremos finalmente descanso y liberación del karma (acción) a su vez que renovación de la energía del alma que se ha vuelto cansada.
¿Dónde habita este Ser?
Para conectarme con alguien tengo que saber primero donde habita esa persona. Con el Padre ocurre igual. Él habita más allá de este mundo de imagen y sonido. Un mundo incorporal de luz rojo dorada. El mundo de completo silencio de dónde venimos también nosotros las almas, la morada de la paz suprema. Por eso estamos tan bien cuando experimentamos paz, y por eso la buscamos cuando la perdemos: porque es la experiencia que todos teníamos antes de venir a este mundo físico de la acción.
¿Cómo hago para encontrarme con Él?
Por último, como en toda comunicación, necesitamos un medio por el cual intercambiar mensajes. Este medio es el yoga y la meditación. El Raja Yoga es la unión más elevada. Es decir la unión entre el alma y el Alma Suprema. Paulatinamente vamos profundizando en la meditación, lo cual vuelve la mente estable para la conexión con La Fuente.
Con la meditación logramos desapegarnos de los viejos hábitos y tendencias que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo. Justo cuando estamos a punto de tirar la toalla emerge de nuestro interior un claro pensamiento de: “ahora sí, he encontrado lo que buscaba”. La meditación no es una cura mágica, pero desde el primer día que la practico redescubro mi potencial como ser humano.
Y tú: ¿Quiéres meditar? Aquí te dejo un link a una meditación del ser. Se llama "Quién soy yo"