Cuando hay una clara intención de afrontar la verdad de las situaciones se recibe mucho respeto.  Sino se cual es esta verdad o la conozco solo a medias entonces no podré mantener una actitud digna frente a las situaciones.

La causa de que este con esta conciencia limitada por el miedo es que no conozco bien mi potencial como alma, y no tomo la iniciativa de dar el primer paso de coraje para salirme de la zona de confort en la que estoy muy cómodamente instalado. 

O muchas veces se debe a que en el subconsciente guardo el impacto de otras situaciones similares donde no me fue bien al lidiar con ellas.  Pero si la vida se tratara de que cada vez que hay un problema achico mis límites entonces llegará un momento en que me sentiré casi sin poder para afrontar y no podré salir adelante.

Por esto necesito afrontar los problemas, ir despacito pero avanzando.  Mi meta y objetivo en la vida es librarme de los problemas y llevar una calidad de vida que me permita tener paz y felicidad.  Por lo tanto la libertad es imprescindible para ser feliz.

Pero no es la libertad física de viajar a donde quiera cuando quiera sino la libertad espiritual, donde haya eliminado de mi interior todo el óxido de los vicios y en su lugar los haya reemplazado con el oro de las virtudes y cualidades originales.

Entonces al actuar, nunca olvidar que no estoy solo, El Padre Supremo/El Alma Suprema está con migo.  Él no me dejará caer, Pero tengo que conocerlo y reconocerlo con el mayor grado de precisión posible y de esta forma me conoceré a mí mismo ya que original y eternamente tenemos la misma forma (puntos de luz incorporal) y las mismas cualidades (paz, amor, pureza, verdad, felicidad y poder). 

Pero la diferencia es que como Él no entra en el mundo de la acción y entropía entonces el mantiene esas cualidades intactas y en su mayor esplendor, por eso se lo conoce también como La Fuente.