La fe en Dios como Mi Compañero y Amigo
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La fe en Dios como Mi Compañero y Amigo
Necesito tener la Fe firme de que yo puedo meditar, de que puedo parar los pensamientos errantes y tener pensamientos más pacíficos y calmar la mente. El ideal de la meditación sería dominar un estado mental relajado y estable, donde tenga más posibilidades al elegir el curso de acción más adecuado en un momento determinado. Pero lo más importante al principio es tomar conciencia de que no estoy solo.
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Dios vino a darnos más posibilidades de elegir de manera que hagamos nuestra vida feliz y pacífica, Él se vuelve nuestro compañero constante en la lucha por llevar una vida más integra. El nos hace sentir que nunca estamos solos, y, con su compañía, podemos hacer posible lo que antes parecía imposible.

Él abre nuestro corazón y nos llena de su amor. Este amor me da la fuerza necesaria para transformar, Él es la Autoridad Todopoderosa, y nos enseña a nosotros a volvernos fuertes ante la adversidad y además nos acompaña en los momentos más difíciles. Sólo tenemos que escuchar sus enseñanzas y ponerlas en práctica allí donde sea nuestro lugar en la sociedad.

No es necesario dejar el hogar o renunciar a nada, solo permanecer en el hogar con la familia, pero recordar a Dios y seguir sus direcciones. Dios no nos abandonará, eso hay que tenerlo claro, Él solo se pondrá a un costado y observará que hacemos mientras estamos en las pruebas que nos pone la vida, porque Él no puede hacer el trabajo por nosotros, por más que ese trabajo sea solo permanecer feliz.

Al principio, mientras entramos en contacto con la verdad de que somos almas y tenemos un cuerpo, somos como bebes recién nacidos y Él se hace cargo de nosotros y nos cuida (como nuestro Padre y Madre), pero a medida que vamos creciendo, seguimos siendo sus hijos pero ya no somos niños, y es inevitable que vayamos adquiriendo más responsabilidades para con la vida.

Igualmente no dejamos de experimentar la felicidad de relacionarnos con Dios como nuestro Padre, pero se hace útil para la vida que Él nos acompañe también como El Profesor (de la vida), El Guía (hacia la liberación del sufrimiento).

Incluso podemos actuar de forma combinada con Él como El compañero en el trabajo, como nuestro amado, como el amigo, incluso como nuestro hijo al cual tenemos que sustentar. De manera que nunca estamos solos, solo tenemos que recordarlo a Él en cualquiera de estas relaciones.

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